Ya ha pasado más de un mes desde que salió el último álbum de Mitoc♄ondrion, y tras escucharlo obsesivamente durante estas semanas (el CD no ha abandonado mi coche desde que lo puse ahí por primera vez), puedo confirmar mis mejores sospechas, es infinitamente mejor que el resto de álbumes nuevos que he escuchado en estos últimos años. Este es un grupo muy cercano a mí, en el sentido de que fue un escalón clave en mi escalera a los abismos del metal. Siempre ha tenido cosas que enseñarme, tanto cuando era un novato como cuando ya estaba más familiarizado con el metal underground.
Un vistazo basta para ver que este álbum es su trabajo más ambicioso hasta la fecha. Su hora y media está dividida en tres largas canciones compuestas por varios temas menores cada una. Quien recuerde el álbum anterior de Mitochondrion, Parasignosis, recordará que en este las canciones fluían entre sí de tal manera que entre todas parecían constituir un único tema. El mismo principio funciona aquí para organizar los distintos temas en canciones coherentes. Sobre la extensión de estas canciones, es espectacular. En total ocupan una hora y media, como se dijo antes, pero verdaderamente parece que duran la mitad, así de expertos son estos músicos que hacen pasar el tiempo volando. Uno esperaría un verdadero tedio de todo esto, y ese sería el caso si el grupo hubiese inflado los temas con desvíos innecesarios, pero al escucharlo, se ve que este álbum es largo no porque los músicos hayan querido alargarlo a traición, sino porque cada riff es absolutamente esencial en el desarrollo de la música, sería imposible acortarlo más de lo que ya está. Es alucinante que hayan logrado hacer algo que se mantenga tan memorable durante tantísimo tiempo, y creo que esto lo han logrado gracias a su filosofía compositiva.
Esta filosofía compositiva que menciono es verdaderamente simple de entender, pero difícil de aplicar correctamente. Cada tema de este álbum funciona de la misma manera: durante los primeros minutos se presentan varios motivos (que pueden ser melodías, ritmos de la batería, rítmos de las voces, etc), y luego con el progreso del tema estos motivos se van transformando, mutando y reapareciendo hasta su conclusión final. El final del tema Flail, Faexregen! se intuye desde el principio de este, durante el desarrollo del tema aparece de distintas maneras, a veces de forma más evidente y a veces de menos. Aparece cuando las guitarras tocan unos arpegios similares pero distintos a los que aparecerán al final, aparece cuado la batería toca el ritmo hipnótico que dará fin al tema, aparece cuando, en un contexto totalmente distinto al de la conclusión, las voces adoptan el patrón rítmico que adoptarán en esa parte, etc. Todo lo que será, lo fue ya desde el principio. Cuando uno se familiariza con los temas descubre poco a poco la de maneras de las que los finales aparecen fragmentados en los inicios. A veces me ha dado la impresión, escuchando a otros grupos a lo largo de los años, de que muchas veces unas canciones son intercambiables por otra, y que tienen poca identidad propia en el contexto del álbum, diferenciándose principalmente en los riffs usados, que al fin y al cabo es el elemento musical que define el metal. La noble obsesión con el riff es el orgullo del underground, y lleva a que muchas veces sea preferible hacer sucesiones de riffs fantásticos antes que canciones con una identidad coherente o clara, porque lo segundo significaría someter los riffs a un bien mayor que sí mismos. Con esto no me meto con el ethos underground clásico, porque mis gustos musicales se asientan sobre el sentimiento elitista de ese mismo underground rancio que tantos clásicos ha dado. Realmente este estilo compositivo de Mitochondrion le resta algo de importancia a los riffs individuales, pero no de la forma que a mí me daría asco, y porque Mitochondrion también es producto de ese underground, siguen respetando profundamente los riffs, y en ningún momento estos pasan a ser simple textura como en el postmetal y otras basuras modernas. Creo que, para no causar confusión, sería más correcto el evitar decir que Mitochondrion en este álbum le resta importancia a los riffs individuales. Sería más útil decir que en este álbum los riffs han perdido nitidez, son más difusos. Muchos de los riffs de este álbum tienen varias formas alternativas, de forma que apenas hay versiones definitivas de cada uno; uno son muchos y muchos son uno. Un riff o idea se manifiesta de una forma u otra según las necesidades de la canción, pero a pesar esta multiplicidad de formas siguen manteniendo su sustancia propia.
Esta coherencia compositiva es el reflejo de la coherencia filosófica del grupo. Con los años la visión compartida por los miembros del grupo se ha ido desarrollando, desde el camaleónico y ecléctico Archaeaeon hasta este álbum del que hablo hoy. No voy a poder comentar mucho sobre sus letras, basadas en el gnosticismo y en la alquímia, ya que aunque esté algo familiarizado con parte de las bases y tendencias de estos sistemas de pensamiento, no soy experto, y probablemente no entienda ni lo básico, y por eso cualquier comentario que haga será desde mi desconocimiento, y no le hará favores al álbum. Sólo comentaré que me parece curioso el "contraste" que noto entre estas filosofías transcendentales y de reunión con Dios, con la adoración abierta de Saturno que percibo en este álbum. Algo ha cambiado, y por lo visto ser consumido por el melancólico no es algo a evitar.
Llegado a esto voy a tomarme un desvío, voy a alejarme de este álbum, pero no del grupo, para tratar de mostrar una visión muy interesante que tuve al escuchar a Mitochondrion por primera vez. Por aquel entonces yo estaba en plena fase expansiva en mi descubrimiento del metal, me estaba hundiendo en el Death Metal por primera vez en mi vida. Buscando los límites del estilo, dí con lo que, como broma/meme, se le llamaba en ciertos círculos de internet como "Death Metal Cavernoso" o "Cavernous Death Metal", que recibía este nombre porque verdaderamente sonaba como si hubiese sido grabado en lo más hondo de una cueva, en las profundidades de la Tierra, y porque su temática era demasiado esotérica como para haber sido pensada por alguna criatura que habitase fuera del Tártaro. Este estilo era completamente novedoso en aquella época, y rompió con la hegemonía del estéril y retocado Death Metal Técnico, sentando las bases del futuro renacimiento del death metal clásico (yo diría que este renacimiento bajo la bandera del OSDM fue más bien una simplificación y caricaturización "retro" de los sonidos clásicos noventeros, pero eso es otro tema). Escuché a Portal, escuché a Grave Upheaval, y escuché, finalmente, a Mitochondrion [1]. Algo me dijo que ese primer álbum de los canadienses (el Archaeaeon) lo tenía que escuchar bien, tenía que darle la atención que se merecía, y por eso decidí escucharlo como nunca había escuchado un álbum: tumbado en la cama con los ojos cerrados, sumido completamente en su mundo (aunque ese mundo durase una hora y cuarto). No sé si lo que ví lo ví dormido, pero la cosa es que lo ví y se quedó conmigo (ole). A continuación escribiré la reseña más certera y fiel a la verdad que se haya escrito jamás sobre ese álbum:
Estaba yo en un amplísimo patio, de estilo romano, con columnas en los laterales. Los bordes de este, donde se situaban las columnas, no eran más que una fina línea en el horizonte, y tras ellos se elevaban unas montañas púrpuras y grisáceas. El cielo era de esos mismos colores, y además era extrañamente estático, como la textura del cielo en el Doom. El suelo era de una bastísima piedra lila, y no había ni plantas ni fuentes en el patio que le diesen algo de vida, nada salvo el pozo que había en su centro y los demonios que lo guardaban. Estos eran terribles, de aspecto animal pero antropomorfos [2]. Todos me miraban, y sin poder hacer otra cosa me ví acercarme a ellos. Así llegué a la boca del pozo, que era completamente negro y sin fondo. No sé si los demonios dijeron algo, pero llegado el momento fui lanzado al interior del agujero. En mi caída las manos de las paredes me fueron despedazando, me arrancaron la piel, los músculos, los huesos, y todo lo que podía ser retirado de mi ser, hasta dejar sólo mi esencia ensangrentada. Entonces dí con el fondo del pozo, el averno. En esa forma de espíritu puro me sentí verdaderamente vulnerable, y al escuchar el ruido de una hoja de metal arrastrándose sobre las rocas hacia mi dirección, salí huyendo y me interné en las selvas rojas del infierno. Así perdido llegué a una alta cueva abovedada en la que estaba teniendo lugar una reunión de demonios alados. No sé qué se dijo, pero al concluir, todos volamos por los túneles del techo a la superficie, y así llegamos al cielo, con la intención de destruirlo. Vimos ante nosotros las cúpulas celestes y doradas, los muros irisados sobre las nubes, y salimos de nuestra tormenta a la clara mañana donde tendría lugar la batalla. Superamos a nuestros enemigos y entramos en la ciudad celeste, y allí me llamó la atención un gran templo, más grande que ningún otro, y decidí entrar en él. Dentro ví que era infinito, y aun estando inimaginablemente lejos de mí, la luz del interior brillaba con tanta fuerza que me cegó. No tuve más remedio que lanzarme contra esta luz, pero según me acercaba esta me quemaba más y más, hasta que eliminó la forma que había adquirido en aquella reunión subterránea y me volvió a hacer ligero, despojándome del cuerpo. Aparecí entonces en una selva gris, y al verme otra vez indefenso volví a escuchar un ruido terrible, no el de un metal arrastrándose hacia mí como la última vez, sino el del rugido de alguna bestia enorme. Huí de la bestia invisible para que no me devorase, y la visión terminó. Y así concluyó mi primer encuentro con Mitochondrion.
Después de este desvío vuelvo al Vitriseptome con una visión mejorada, porque al haber reescuchado el Archaeaeon me he dado cuenta de lo mucho que echo en falta en el nuevo álbum parte de la luminosidad del antiguo. Me explico. A veces hay música que parece subterránea, como por ejemplo los dos primeros álbumes de Incantation. Hay otros álbumes que parecen celestes y más claros, como el tercer álbum de Incantation (no, no considero el Upon the Throne of Apocalypse como su tercer álbum, el tercero es Diabolical Conquest [3]). Todo en el nuevo álbum de Mitochondrion es negro, absolutamente negro, más incluso que el anterior. Los únicos segundos que pasamos sobre la tierra ocurren durante Flail, Faexregem! (00:35 a 01:05 y minuto 02:40 a 03:10), con unos riffs que me recordaron inmediatamente al Archaeaeon. De hecho, esto tuvo que ser consciente, porque en ese momento de la canción suena de forma fugaz el golpe metálico que abría en su debut el tema Agonizing (In the Shadow of the Hammerblow). ¿Qué saco de todo esto? Que cuanto más pasan tratando el nigredo, más negra y subterránea es su música, visita interiora terrae, rectificando invenies occultum lapidem. Tarde o temprano volverán a salir, y estoy seguro de que su música sonará de nuevo iridiscente como en el Archaeaeon; las últimas palabras del álbum hacen referencia a tonos dorados y horizontes brillantes.
Escrito a partir del 12.12.24
Última actualización el 03/02/2024
Anotaciones
1. La importancia de las escenas underground australianas y canadienses, internacionalizadas por medio de internet, en mis gustos en Death Metal es inmensa. Estas fueron escenas que se vieron muy beneficiadas por los primeros días de la masificación de internet, en los días en los que Bandcamp, si existía, no tenía ninguna importancia todavía. Era una época en la que florecieron por todos lados de la red blogs de descargas de música pirateada, y entre ellos y las discusiones en foros, muchos movimientos y escenas como las mencionadas lograron amplificar su influencia de formas que en el pasado les habría sido imposible. Con el tiempo estas escenas de death metal "cavernoso" dejaron de ser relevantes, siendo sustituidas por el llamado Old School Death Metal (OSDM). A mi parecer, el death metal cavernoso aportó lo siguiente: un redescubrimiento generalizado de Incantation (que abrió la puerta a un futuro redescubrimiento generalizado del Death Metal Finlandés de los 90), un retorno a producciones y mezclas más sucias a las comunes entonces, y una nueva perspectiva conceptual y lírica. Sobre este último punto, creo que algunos grupos de estas escenas de death metal, quizás inspirados por la renovación conceptual sucedida en el black metal por medio de los grupos "ortodoxos" (NoEvDia y sus amigos), comenzaron a tomarse la temática ocultista y esotérica de sus letras de forma un poco más seria a la que se acostumbraba en el pasado. Por cierto, he ido a mirar datos sobre Aethyrvorous por el tema este del reforzamiento del mensaje esotérico dentro del death metal de finales de la primera decada de este siglo y he visto que hace un mes sacaron un álbum, su primer álbum. Estoy ahora mismo en shock. Yo diría que su maqueta del 2009 marcó lo que sería de ahí en adelante la estética propia del death metal "cavernoso"/esotérico, es un punto clave de su desarrollo, y desde entonces el grupo se quedó "aparcado". Entre esto, el nuevo álbum de Mitochondrion y el de Adversarial [4] parece que estamos en el 2011 o por ahí.
2. Acabo de caer en cuenta al escribirlo de que podrían haber estado relacionados con los dioses del antiguo egipto, pero desafortunadamente no recuerdo sus formas concretas, y no podría identificarlos hoy tras tantos años.
3. Sobre el Diabolical Conquest. El primer álbum de Incantation se sentía como un primer encuentro con el infierno. Es de las cosas más grotescas de la historia del death metal. Todo está hecho para ahogar a quien lo escuche. Luego el segundo lleva la fórmula de contrastes de velocidad extremos al siguiente nivel, y la atmósfera se oscurece bastante, y todo se ve como en sombras. A este álbum tan negro le sigue el más luminoso que escribieron, que de hecho se siente similar al Archaeaeon, pues parece que en este álbum todo el mal que se estaba acumulando bajo tierra en los dos anteriores ha salido, y una forma horrible y deforme se eleva para destruir todo lo elevado en su conquista diabólica. Antes los trémolos malignos se movían hacia abajo, y ahora hacia arriba. La portada de ese álbum habla por sí sola. No sé hasta qué punto fue decisión de Miran Kim darle al cuadro un fondo celeste, pero si es así y fue decisión suya, entendió a la perfección el álbum. Además, la entrada de Daniel Corchado en Incantation le vino que ni pintada al sonido del álbum, ya que con él se pasó, brevemente, de una voz telúrica a una más ascendente y enloquecida, más humana.
4. Todavía tengo que aclararme con ese álbum. Está muy bien, pero comparado con el anterior, no es tan bueno, y ninguno de estos dos es tan bueno como el All Idols Fall Before The Hammer. Creo que sus mejores temas son los del miniálbum lanzado junto con Antediluvian. Adversarial es un grupo que se ha perjudicado de la popularización del llamado a veces "death metal disonante". Me da la impresión de que poco a poco han ido escorando cada vez más al lado atmosférico de su sonido, y cada vez los riffs son menos dinámicos, menos enrevesados. El efecto ese de trance monótono que me generan me gusta, pero no tanto como lo de antes. Realmente la diferencia con respecto a sus primeros lanzamientos es que en aquellos el estilo que tocaban no estaba estandarizado, y por eso eran más eclécticos. Ahora tienen una serie de líneas rojas.