Reconozco que no me gusta mucho el jugar a la democracia, lo veo demasiado parecido a comprar en el supermercado, y no me gusta tener que comprar las cosas que necesito o creo necesitar para sobrevivir en cuerpo. ¿Cómo podría ser de otra manera? Evidentemente al vivir sobre una economía basada en los mercados nuestra política acaba adoptando una forma mercantil. Ídem para otras cuestiones como las relaciones "amorosas" o la búsqueda de "empleo". ¿A quién votaría, si votase? ¿Qué producto político creo necesitar?

Pero claro, ¿necesito realmente esto? ¿No son más bien caprichos? Si yo ya sé que soy libre ahora en estas condiciones en las que me encuentro, ¿qué motivo tengo para tratar de cambiarlas por otras? Ninguno, y por eso cada año me interesa menos la política, no creo que de los cambios que se puedan producir en mi entorno vaya a ser yo más o menos libre. Realmente uno no puede hacer las cosas esperando beneficio propio e interés, porque al hacerse desde ahí se les quita la posibilidad de satisfacer una vez son completadas, se planta la semilla de la necesidad futura.

Otra cosa aprendida de mi madre: quien cree que tiene varias opciones a elegir vive perdido y no sabe quién es, el águila no se debate entre comer plantas o comerse a su presa; no se trata de decidir, sino de reconocer. Hace falta una enorme sinceridad para poder vivir libre de confusión, y esa sinceridad sólo se consigue sincerándose con el mundo, no escondiéndole nada al gran espejo que nos ha sido puesto delante, espejo que se nos ha puesto precisamente para poder vernos y des-cubrirnos.


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Esta mañana fue como el resto de mañanas, me había acostado tarde y por eso me levanté tarde, o al menos, todo lo tarde que me podía levantar para llegar a tiempo al trabajo. Hoy no tuve esos minutos de descanso y desayuno apresurado en el aparcamiento antes de pasar los tornos, fue llegar, ponerme las botas, y salir. Aun así, mientras conducía pensé sobre el por qué de mis trasnochadas, y no pude llegar a otra conclusión mas que las hacía para joderme. Decidí entonces que hoy ante todo me amaría, y me iría a dormir a una hora razonable. Decidido esto, al minuto de salir del coche para andar los últimos diez que me quedaban para llegar (es jodido encontrar aparcamiento en esa zona, por eso aparco a tomar por culo y ando lo que me queda), me pitó un coche, miré, y ví que era uno importante de mi departamento, que sabiéndome nuevo y compadeciéndose de mi larga marcha matutina, me ofreció ir en su coche hasta la puerta. Así fue como el día que más tarde llegué fue al mismo tiempo el que más temprano entré, y todo lo que hizo falta fue un cambio de mentalidad, un sincero deseo de amarme. Mi madre siempre me dice que cuando el propósito es bueno, todo se alinea.








¿Por qué no funciona el RABM?

Buena pregunta. Quien se haya movido un poco por el reflejo digital de las escenas de metal (reflejo independizado de la realidad en el caso de las escenas de habla inglesa), se habrá topado con las siglas "RABM". Es evidente que llego muy tarde, pero aun así quiero aportar mi granito de arena al entendimiento del fenómeno, que hoy ya está bien maduro. Ponte la siguiente canción y empezamos.



Todo esto está inspirado por una charla que tuve con un muy buen amigo mío no iniciado en el metal, que se interesó por enésima vez en la cosa que yo llamo black metal. El black metal no se entiende desde el anticristianismo vulgar, es decir, desde el anticristianismo del vulgo, es decir, desde el antictistianismo cristiano. La persona de a pie, cuando critica el cristianismo, lo que hace es criticar los abusos de la Iglesia, el supuesto oscurantismo que se promueve, etc. Se critica entonces al cristianismo de no ser suficientemente cristiano. En ningún momento se le pasa por la cabeza a la persona normal criticar al cristianismo por promover la igualdad, la justicia, la piedad, o en definitiva, el amor. Los grupos de RABM son grupos que suenan como los grupos de black metal de forma superficial, y eso es porque son anticristianos de forma superficial, vulgar. Los músicos de estos grupos saben que el black metal es un estilo de música muy anticristiano, pero no saben mucho más, porque saber más supondría mancharse, y por eso escriben sus letras basándose en el anticristianismo que ellos conocen, el cristiano, el núcleo moral del socialismo. ¿Es ese el anticristianismo del black metal? Evidentemente, no. Cualquiera que le haya dedicado un mínimo de cariño al estilo sabrá que el anticristianismo del black metal no está basado en el amor y la justicia, sino todo lo contrario: el anticristianismo del black metal es anticristianismo en su sentido más literal y tosco, se predican el odio, el elitismo, las injusticias, la crueldad, etc. Los músicos y propagandistas de RABM escuchan que en el black metal hay una amplia escena neonazi muy estable y de larga historia y lo ven como algo extraño, cuando realmente lo raro sería que un estilo basado ideológicamente en el odio y el poder no derivase tarde o temprano en esto. Nunca encontrarás una canción de un grupo de RABM que trate de temas crueles sin un transfondo humanitario, nunca presentan lo malo sin presentar a su vez el deseo desesperado y penoso de dejarlo atrás. Desprenden un hedor que me hecha para atrás, se saben víctimas.

















Escrito a partir del 12 de marzo del 2025
Última actualización el 05/04/2025

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Anotaciones


2. El lenguaje "congeló" el mundo vivo.

3. El tema de la inmigración es peliagudo porque todas las soluciones que el mercado de lo político ofrece son complementarias. El fenómeno pro-inmigración que vivimos no puede existir sin el fenómeno anti-inmigración que también vivimos. Unos hacen uso del cristianismo latente de la gente de a pie para limar las asperezas que puedan surgir entre los distintos recursos humanos almacenados dentro de las fronteras, y por otro lado, otros hacen uso de diversos movimientos alternativos a los basados en el cristianismo para amplificar el malestar fruto de esta situación y mantener así el beneficio económico de usar los recursos importados. Cuando desde la derecha, por ejemplo, se hacen distursos contra la inmigración, no es porque quieran pararla realmente, sino porque quieren mantener estos recursos más baratos que los nacidos aquí. Ningún avatar del demiurgo económico tiene por interés detener el fenómeno de la inmigración, y estar a favor o en contra es un pérdida de tiempo porque todo acaba beneficiando de una manera u otra a la economía. El tráfico de personas continuará mientras sigamos creyendo en la importancia de la economía. Contra esto lucha el Quijote. Ideología independizada de sus motivos y de aquello que la hizo necesaria, y que así, a la deriva, entra en conflicto con su causa de ser. Al mismo tiempo siento pena y admiración por el Quijote, lloré al terminarlo como nunca he llorado yo con un libro, tanto como con la muerte de algunos seres queridos.

El "sistema" se rompe en el momento en el que eres de forma inocente y sincera aquello que se supone que debes ser. Las sociedades medievales habrían colapsado si las personas que las habitaban hubiesen sido buenos cristianos. El Quijote estaba loco no por ver gigantes en lugar de molinos, sino por creer sinceramente que el honor y las virtudes caballerescas importaban algo en su sociedad. En el libro se expresan estas virtudes de medievales y arcaicas, dejadas atrás por la sociedad moderna, pero la verdad es que alguien que se hubiese movido por ellas en los tiempos premodernos que les correspondían habría estado igual de fuera de lugar. Enlazando esto con lo anterior, un político con discurso anti-inmigración que verdaderamente llevase a cabo medidas efectivas para acabar con esta sería un Quijote moderno que no se ha enterado de por qué cree lo que cree.